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lunes, 30 de septiembre de 2013

BIENVENIDA A CASA COCÓ

Despiertas una mañana en el séptimo cielo
por dos
el sol calienta tus agotados motivos
agotados pero vivos
El día es precioso
se siente el renacer de la vida
esa vida tan viva

e instintos

te cruzas con micos
más negros,
con pico.

Disparan sus dedos directos a tus ojos
cual mandriles de culo rojo
los quieren y anhelan,
embaucan
camelan

la fiera desespera

quieren sacártelos,
los quieren 
fuera. 

Pero con una dulce sonrisa contestas:

"Ya no,
mis ojos son míos, los necesito para volar y respirar... 
¿cómo respiro sin pupilas?"

Qué extraña cara se las queda a estos micos 
de afilados picos
ni pobres ni ricos

cabras...


CABRITOS


Qué bonito atardecer, 
las luces se empiezan a encender
comienza el jazz
las sirenas salen a actuar
dulces vientos del norte enriquecen el compás
esto es cierto, 
es real.

Siento rozar las estrellas con las yemas de los dedos
y no por vivir en el séptimo cielo

por dos

Ni ratas ni micos con pico u hocico pueden borrarme la sonrisa de la cara


Al fin he llegado,
estoy en casa...


EL CIELO DEL CABO.





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